Abrí el periódico en la página de empleos a los 19 años. No se me ocurría por dónde comenzar mi vida laboral. Era buena empacando regalos y desperdiciando el papel. Ese diciembre un almacén se decidió a probar conmigo pero para enero dejé de ser imprescindible.
Un acento gringo me consiguió un trabajo en una academia de idiomas, en la que aprendí la importancia de las explicaciones simples, de la puntualidad y de lo que consigue la consistencia. Al mismo tiempo, terminé una carrera en comunicación visual y diseño del objeto, y la enfoqué en el mundo infantil.
Pronto aprendí que hacerse cargo de la vida propia requiere de muchas notas de aprendizaje. Dos de las más importantes son:
1. Quien dice tener una vida feliz, tiene todos los aspectos de su vida en balance: su salud, su bolsillo, sus emociones, su familia, su trabajo, sus relaciones y hasta su espíritu. ¡Piensa bien!, cuando hay uno que falla, es como cuando explota la llanta del carro. Es más difícil avanzar aunque haya 3 de las llantas en buen estado.
2. Quien dice sentirse pleno es porque siente que mejora, experimenta el logro y es reconocido por ello. Tener un propósito presente a diario y asegurar que cada palabra y acción en la vida nos acerca a ese fin es conocer la plenitud. La incertidumbre de un futuro nos deja sin razones para mejorar.
Si no sentimos que nuestra relación con las personas mejora con el tiempo, no habrá motivos para convertirnos en mejores seres humanos, y nuestra sociedad no evolucionará.
Si el ejercicio no trae cambios visibles en nuestro cuerpo, en nuestra salud o la mente dejaremos de lado la conciencia de salud y estaremos destinados a una calidad de vida que no merecemos.
Dediqué 13 años a la docencia que me permitieron llegar a esas conclusiones. La docencia es un trabajo de vocación, loable y estoico sin duda porque la felicidad que provee el saber que se avanza o se mejora se mide por el progreso de otros. El valor de un profesor está en lo que sus alumnos son capaces de hacer o en lo que los demás le permiten enseñarles. Lamentablemente los horizontes de esta labor no trascienden la académica. Desde el aspecto laboral, las oportunidades de crecimiento son muy limitadas y el reconocimiento no es común.
La pasión por el arte, el diseño, la curiosidad por explorar me llevaron al mundo del emprendimiento donde nació MillieMade Art. 3 años fueron suficientes para descubrir las complejidades de la creación de empresa y de poder decidir si quería ser víctima de ella o si este sería una nueva nota de aprendizaje para mi diario de vida.
Finalmente encontré un espacio en el que el que mi naturaleza creativa, el conocimiento y la nutrición constante de cada aspecto de la vida del ser humano convergieron para crear NKN (Nature-Kowledge-Nurture) encajando mágicamente con la filosofía de bienestar integral que es NIKKEN.
Desde 2014 traduzco la ciencia para encontrar respuestas naturales en favor de una mejor calidad de vida para mi familia y para toda una comunidad de usuarios que se han convertido en los mejores promotores de productos Nikken siguiendo fieles a NKN.
En estos tiempos de la información a un click de distancia y en el que la salud colectiva se convierte en un reto más para toda la aldea global, cada vez soy más feliz y confiada de estar en el sector de mejores posibilidades de crecimiento en todos los aspectos que buscaría una persona. He conocido personas maravillosas que caminan y viajan a mi lado encontrando sus propios propósitos. Llegaste a leer hasta AQUI??? Alguna razón hay! Conversemos.
Mile Velásquez
Tel 3156777303