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Pequeñísimas partículas de plástico de menos de 5 milímetros que se fragmentan de objetos grandes como bolsas y botellas.
Pueden venir de mil fuentes que no te imaginas como exfoliantes faciales y productos cosméticos; así que si lees que un producto contiene Polietileno en los ingredientes puedes estar seguro de que contiene microplástico.

Otro gran contibuyente del microplástico es la ropa de tela sintética y aunque las plantas de tratamiento potable hacen su trabajo, el 98% de estas partículas plásticas pasan al agua que llega a nuestros hogares, colegios, hospitales, oficinas e industrias.

El agua no es la única fuente de transporte de microplástico a nuestro cuerpo, el aire también las lleva a que se acumulen en grandes cantidades en espacios urbanos. El desgaste de las llantas en constante fricción con el asfalto añade 20 gramos de microplástico al ambiente por cada 100 kilómetros que el carro recorra.
En 2017 investigadores extrajeron partículas de 149 micrónes de hasta 17 marcas de sal de hasta 8 países diferentes. De cada 72 partículas extraidas, 41% fueron polímeros, 23% pigments, 5% carbón amorfo y 29% quedaron sin identificar.

¿ Cómo evitarlo entonces?

1. Evita comprar productos que usen demasiados empaques.
2. Siempre prefiere vidrio, metal en vez de plástico.
3. Evita las bolsas desechables, carga siempre una reutilizare contigo.
4. Prefiere prendas en telas de lino, lana o algodón en vez de sintéticas.
5. Lleva tu propio filtro de agua, no compres embotellada.
6. Guarda tu comida en refractarias de vidrio nunca en plásticas.
7. Prefiere el aluminio a la película plastica.
8. Busca ropa amigable de larga duración, evita telas sintéticas.
9. Ten un purificador de aire en tu hogar.
10. Compra productos que tengan una opción de re-envase. Evita comprar siempre el frasco.

Promueve este esta posición responsable con tu planeta.
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